Google contra Assange

Dos libros y sus autores resumen muy bien el debate que planteé la semana pasada en mi columna (Internet, democracia e imperio) en la edición impresa de El PAIS acerca de si Internet contiene una promesa de liberación global o, por el contrario, esconda una pesadilla de dominación mundial.

A un lado está “La edad digital” de Erich Schmidt, director ejecutivo de Google y Jared Cohen, director de Google Ideas. Un libro que ejemplifica la visión libertaria de Internet como un empoderador masivo de la ciudadanía global: “Internet es el experimento más grande con la anarquía en la historia de la humanidad”, dicen sus autores. “Es”, insisten, “el espacio más grande sin gobierno del mundo”. Si quieren contagiarse del optimismo de sus autores, les recomiendo esta entrevista en video con los dos autores donde nos presentan una utopía libertaria en la que 5.000 millones de personas se conectan y empoderan entre sí.

Las dictaduras lo tendrán mucho más difícil nos cuenta Jared Cohen con un ejemplo: las mujeres saudíes, que en la actualidad se mandan mensajes de texto para avisarse unas a otras de dónde están los agentes de la policía secreta que las vigila y sanciona por todo tipo de faltas, podrán descargarse una app donde automáticamente se les avise de dónde están los agentes de la Mukhabarat. Cohen, autor de “Children of Jihad” (véase esta entrevista con él) cree que los “nativos digitales” en los países árabes y musulmanes transformarán sus países ya que no usan el mundo digital para informarse, sino para crear espacios de comunicación propios que eviten los espacios oficiales. A escala más global, dicen Schmidt y Cohen, los estados dejarán de tener el control de la información. ¿Dadme una palanca y moveré el mundo? No, dicen ellos, “conecta a la gente, ellos sabrán lo que hacer a continuación”.

Al otro lado del argumento tenemos Cypherpunks, (Criptopunks) el libro de Julian Assange que juega con las palabras Cifra, Ciber y Punks. El libro de Assange anticipa la distopia tecnológica, esa utopía negativa que algunos creen que Internet nos va a traer. “El libro que tienes entre manos no es agradable. Está repleto de malas noticias”, dice Assange al tiempo que nos previene de “Un enemigo invisible, de magnitud descomunal, que pretende controlar todos nuestros pasos“. Este libro no es un manifiesto, dice Assange, no hay tiempo para ello, es simplemente advertencia.

La crítica de Assange contra Google y los libertarios es demoledora. Véase este artículo en New York Times sobre la banalidad de Google que también aprovecha para hacer un juego de palabras entre la máxima de Google “Don´t be evil” y la tesis de Hannah Arendt sobre la “banalidad del mal”. Dice Assange que Google, que nació como un instrumento de liberación, se ha convertido hoy en el representante de la colusión de intereses entre Silicon Valley y Washington, un instrumento al servicio del poder global de EEUU. Jared Cohen, cooptado desde el Departamento de Estado, donde fue el responsable de poner en marcha la diplomacia digital y donde teorizó sobre la diplomacia de la opinión pública, sería, según Assange, el adalid de esta visión aparentemente naïve pero profundamente imperialista de la tecnología.

Este debate no ha hecho más que comenzar. Y como es un debate serio, nada mejor que comenzarlo con algo de humor, de ahí el vídeo elaborado por el equipo de Wikileaks mofándose de David Petraeus, el jefe de la CIA encargado de espiar a todo el mundo que tuvo que dimitir por las revelaciones sobre su vida privada, apuntaladas por la entrega de todos sus correos electrónicos en Google al FBI, lo que supuso su puntilla política.  Petraeus, caracterizado de Hitler en el bunker grita encolerizado: “¡se supone que somos nosotros los que les espiamos a ellos, no ellos a nosotros!”. Pero a lo mejor el video, y la caída de Petraeus, en el fondo le dan la razón a los libertarios Schmidt y Cohen y se la quitan a Assange. ¿Qué piensan?

Fuente: El País

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