Uno de cada tres inmigrantes empleados en la industria electrónica malasia sufre trabajos forzados

La sombra de la explotación laboral vuelve a sobrevolar a los gigantes de la tecnología. Un estudio publicado por Verité, una organización sin ánimo de lucro que ejerce de observatorio de las condiciones laborales en todo el mundo, asegura que en las fábricas del sector en Malasia se producen trabajos forzosos.

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Según el informe de Verité, el 32% de los inmigrantes empleados en la industria electrónica malaya, que incluye a los proveedores de empresas como Apple, Samsung y Sony, trabaja en condiciones forzosas. El reporte, eso sí, no especifica en ningún caso para qué compañías trabajan las fábricas en las que se dan estas situaciones.

500 trabajadores y trabajadoras de las regiones malayas productoras de electrónica han sido encuestados por Verité, que ha incluido en su muestra a malayos y a ciudadanos de otros países. El estudio concluye que en el país asiático el trabajo forzado no está presente solo en forma de casos aislados, sino que es un problema extendido.

El estudio también se centra en buscar las causas que provocan estos abusos. Según Verité, la excesiva confianza de las grandes tecnológica en estas terceras empresas a la hora de reclutar y gestionar al personal de sus fábricas limita la protección de sus empleados y difumina la responsabilidad en el respeto a sus condiciones laborales.

La organización también identifica otros factores, como la falta de una legislación local que proteja a estos trabajadores, las condiciones de pobreza en las que viven, las abusivas multas y penalizaciones a las que se podrían enfrentar si restringieran sus contratos, la existencia de deudas de familia contraídas con estas empresas, la retención ilegal de sus pasaportes y  la restricción a su libertad de movimientos.

El consejero delegado de Verité, Dan Viederman, cree firmemente que, aunque éste sea un problema complicado, las soluciones a él no lo son tanto. “Los gobiernos, las empresas y la sociedad civil deben incrementar la transparencia de las condiciones de contratación de estos trabajadores. Estas subcontratan han de estar reguladas por los gobiernos, y deben responder de las condiciones laborales de sus empleados, a los que no se les debe cargar con tasas abusivas ni despojar de su documentación”, señala.

Según cita The Verge, un portavoz de Apple llamado Chris Gaither reconoció ante el New York Times recientemente que 18.000 personas, de las que 4.000 eran inmigrantes, trabajan para la compañía de Cupertino en Malasia, donde cuenta con unos 30 proveedores. Desde 2008, la firma trabaja para ayudar a los inmigrantes explotados en Malasia a reclamar el dinero que estas empresas les deben de las tasas laborales abusivas, pero el responsable de Verité insiste en que la industria tecnológica debe mantener una vigilancia más estricta sobre aquellas empresas con las que trabaja en Asia.

Fuente: Tic Beat

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