¿Cómo doblegar a los cibercriminales sin luchar?

El cibercrimen ocupa ya el tercer puesto en el ranking mundial de la criminalidad, según datos del Ministerio del Interior. Sólo el narcotráfico y la prostitución facturan más que este ‘negocio’ en términos globales. ¿La razón? “No estamos habituados al nuevo medio y se nos puede engañar fácilmente”, explican el catedrático Manel Medina y la periodista Mercè Molist, autores de ‘Cibercrimen’ (Tibidabo Ediciones), un libro que pretende hacer las veces de parapeto para los ingenuos internautas.

Sin embargo, los dos expertos apelan a un escudo que tiene poco de tecnológico y mucho de humano: la desconfianza. “La principal herramienta de ataque hoy en día no es un software especial ni nada por el estilo: es la ‘ingeniería social’, embaucar a las personas que están ante el ordenador para que hagan lo que quiere el criminal, como pinchar un adjunto que llega por correo, escribir la contraseña en un sitio web, etc. Sin exagerar, pero una sana paranoia es recomendable en el ciberespacio”.

Hace solo unos meses, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, mostraba su preocupación por la creciente dependencia de internet para servicios esenciales como el transporte, la energía o el agua, algo que “nos convierte en vulnerables ante las nuevas formas de ciberterrorismo o ciberespionaje”.

Esta dependencia se ha visto reforzada por la normalización del uso de smartphones, que se han convertido en la puerta de bienvenida para muchos. En el pasado Mobile World Congress celebrado en Barcelona, David Grout, director técnico de Intel Security para Europa del Sur, aseguró que se encontraban con que el número de ataques a móviles eran “superiores al 400% entre trimestre y trimestre”.

Fuente: El Mundo