Israel y Estados Unidos son los creadores del virus informático de espionaje Flame

El sofisticado programa fue diseñado para captar información clave y sabotear el polémico programa nuclear iraní, según ‘The Washington Post’

Estados Unidos e Israel desarrollaron conjuntamente el virus informático Flame para recoger información clave que pudieran utilizar en un cibersabotaje con el objetivo de entorpecer el programa nuclear iraní, según fuentes oficiales occidentales conocedoras de la operación, infoma el diario The Washington Post. El programa, detectado por la empresa de seguridad en Internet Karspersky hace unas semanas, está diseñado para recopilar y robar información estratégica, y  se trata del software de espionaje más complejo que se ha descubierto.

El virus, que se detectó en ordenadores situados en su mayoría en Irán, Israel, Palestina y Siria, fue diseñado para rastrear de forma secreta redes informáticas de Irán y controlar los ordenadores de los funcionarios iraníes, enviando un flujo constante de información utilizada en la campaña de guerra cibernética en marcha, según los funcionarios consultados por el diario estadounidense.

Esta campaña, en la que han participado la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE UU, la CIA y representantes militares de Israel, ha incluido el uso del destructivo virus Stuxnet, también creado por los Gobiernos de Israel y Estados Unidos, que causó fallos en las centrifugadoras de la planta secreta de enriquecimiento de uranio de Natanz (Irán) en 2010.

Según el diario, los detalles que están surgiendo sobre Flame dan nuevas pistas sobre lo que se cree que es la primera campaña sostenida de cibersabotaje contra un adversario de Estados Unidos. “Se trata de preparar el campo de batalla para otro tipo de acciones encubiertas”, indicó al rotativo un antiguo funcionario de los servicios de inteligencia de EE UU, quien agregó que Flame y Stuxnet son elementos de un ataque más amplio que aún continúa hoy en un intento por detener el programa nuclear iraní.

Flame fue descubierto en mayo pasado después de que Irán detectara una serie de ataques cibernéticos en su industria petrolera. Esta incursión fue dirigida por Israel en una operación unilateral que al parecer tomó por sorpresa a su aliado, Estados Unidos, según varios funcionarios occidentales y estadounidenses que hablaron a condición de anonimato.

Aunque se sospechaba de la participación estadounidense en el desarrollo del virus, esta es la primera vez que se confirma la colaboración entre ambos Gobiernos. Investigadores de empresas de seguridad habían informado la semana pasada de que Flame contenía parte del mismo código que Stuxnet, lo que los expertos equiparan a una prueba de ADN de que ambos virus son proyectos de la misma entidad.

El esfuerzo para retrasar el programa nuclear de Irán utilizando los ciberataques comenzó a mediados de la década de 2000, cuando el entonces presidente de EE UU, George W. Bush, estaba en su segundo mandato, recuerda el diario.

En un primer momento consistió en la recopilación de datos secretos para identificar blancos potenciales y desarrollar herramientas para destruirlos, según exfuncionarios estadounidenses. En 2008, el programa operativo fue desplazado del ámbito militar al de la CIA.

Los portavoces de la CIA, el NSA y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, así como la Embajada de Israel en Washington, declinaron hacer comentarios.

Programa subversivo

Flame es uno de los programas “más sofisticados y subversivos” realizados hasta el momento, diseñado según los expertos para replicar información de redes, incluso de alta seguridad, y controlar las funciones cotidianas de un ordenador enviando la información a sus creadores. El código puede activar los micrófonos y cámaras del ordenador afectado, grabar las teclas utilzadas, hacer capturas de pantalla, o enviar y recibir órdenes y datos vía bluetooth.

El virus fue ideado para exportar la información mientras se hace pasar por una rutina de actualización de software de Microsoft y es capaz de evitar ser detectado durante varios años mediante el uso de un sofisticado programa para romper un algoritmo encriptado. “No es algo que la mayoría de expertos en seguridad puedan hacer”, explica al diario Tom Parker, jefe de tecnología de la empresa FusionX.

Flame fue desarrollado hace al menos cinco años como parte de un programa de ciberataques clasificado llamado en código Juegos Olímpicos, según fuentes oficiales familiares con la ciberoperación. El objetivo de la colaboración bilateral era ralentizar el polémico programa nuclear iraní, reduciendo la presión para un ataque militar convencional y dando más tiempo a la diplomacia y las sanciones.

Aparte de la CIA, es fundamental la experiencia técnica de la NSA, conocida sobre todo por su capacidad para llevar a cabo escuchas electrónicas y desencriptar códigos. Ambos organismos analizan la información obtenida gracias a Flame y otros programas similares, y continúan desarrollando nuevas armas, según The Washington Post. El esfuerzo en espionaje y sabotaje “es proporcional al problema que se intenta resolver”, asegura un exoficial de inteligencia, en referencia al programa nuclear iraní. Aunque Stuxnet y Flame se puedan combatir, “no significa que no haya otras herramientas en juego o funcionando con eficacia”.

Fuente: El País

 

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