Cinco antiguallas tecnológicas que nos resistimos a abandonar

Nos encantan los gadgets y asomarnos a la red a diario para comprobar cuál es el último grito en tecnología. Los fabricantes conocen esta debilidad y se esfuerzan hasta lo imposible por ofrecer al mercado productos y prestaciones imposibles que maravillan al usuario. Móviles que se gestionan con las manos o termostatos que aprenden de nuestros hábitos regulando la temperatura en consecuencia…

En creatividad y posibilidades no hay un tope, pero nos sorprendería saber que un reducto considerable de usuarios se niegan a dar por muerto cierto producto o tecnología mientras le saquen una utilidad. Pensábamos que el cassette de toda la vida o el VHS eran reliquias del pasado que resistían el paso del tiempo entre nostálgicos, pero LiveScience ha indagado sobre la salud en ventas de estos productos en Estados Unidos, y las sorpresas son notables. Estos son algunos de los productos que parecen inmortales:

Conexión a internet por ‘dial-up’

Es algo que hay que explicar a nuestros hijos, pero se sorprenden al descubrir que el ordenador no estaba conectado permanentemente a internet, y lo que es peor, la velocidad de los inicios de la World Wide Web era desesperante, hasta el punto que hacía inviable el uso de muchas de las funciones que ahora disfrutamos. YouTube era una quimera implanteable, o enviar fotos de nuestras últimas vacaciones.

También se quedan boquiabiertos al conocer que cuando alguien se conectaba con el ordenador, no se podía utilizar el teléfono, y claro, tampoco había móviles. Y se pagaba por tiempo de conexión… pues bien, cuando creíamos que aquella funesta conexión era un mal sueño, un reciente estudio de Pew Internet ha desvelado que todavía 10 millones de estadounidenses se conectaron en 2012 a esas velocidades.

VHS y cassettes

Cuando algunos han jubilado ya hasta el CD en casa, y recuerdan no sin cierta añoranza las cintas de vídeo y los cassettes, estos soportes están muy lejos de extinguirse aunque pensemos lo contrario. Y no estamos hablando de usuarios que reciclan sus viejas cintas escuchando viejas canciones, sino de ventas reales: se siguen vendiendo y en cantidades considerables.

Seguimos en Estados Unidos para dar con un impactante dato: se han vendido hasta 13 millones de cassettes y cintas de vídeo a lo largo del año pasado, y no parece que el monto vaya a descender considerablemente en un futuro cercano, puesto que siguen vendiendo equipos que los soportan (para hacernos una idea, sólo en 2012 se han instalado 15.000 radios para el coche con dicho soporte).

Windows… 98

Ahora que estamos viviendo grandes avances en lo que respecta a los sistemas operativos de los ordenadores, y que incluso se está barajando ya la posibilidad de emplear plataformas híbridas que funcionen tanto en móviles como en dispositivos sobremesa, un número nada desdeñable de usuarios sigue anclado en una versión de Windows que, atentos al dato, es del siglo pasado.

No nos estamos refiriendo al amor desmedido que muchos conservan por Windows XP, sino de cerca del 5% de los estadounidenses que se resisten a abandonar unos pertinaces Windows 98 y 2000. Y seguro que sin visos de cambiar: ¿para qué complicarse la vida zafándose de algo que funciona bien en un viejo equipo? Un cambio de plataforma exigiría un nuevo hardware, y hay un buen número de usuarios que se niega a pasar por el aro.

Faxes

Con este dispositivo puede entablarse cierto debate, puesto que sigue siendo necesario en muchos tipo de trabajo. Sin embargo, con la eclosión de internet, el correo electrónico y las redes sociales, parece un atraso seguir anclado a un formato tan poco conveniente con respecto a lo que ofrece la red. Lo cierto es que las ventas de faxes siguen cayendo sin remisión, pero siguen siendo una fuente de ingresos considerable para muchos fabricantes: en los últimos dos años se han vendido en aquel país la friolera de 700.000 máquinas de fax, y como apuntamos, seguirán conservando un nicho de mercado.

Son más los dispositivos que cuentan con un notable respaldo entre unos usuarios que se resisten a dejarse llevar por este frenesí de avances en la tecnología. En realidad, bien pensado, no hay una necesidad real de cambiar de móvil cada año o renunciar a algo que funciona bien simplemente por no sentirse desfasado en el mercado. Este nicho de clientes en el mercado mantiene vivos unos productos que siguiendo los dictámenes actuales del mercado, deberían haber sido descatalogados hace ya muchos años.

Fuente: El confidencial

Los comentarios están cerrados.