La web que retransmite en directo la vida privada de miles de personas

O cómo acceder a más 70.000 cámaras de seguridad sin que sus dueños lo sepan

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Hace unos días salió a la luz Insecam.com, una página web que desde la comodidad de tu navegador te permite acceder a un repositorio de miles de cámaras de seguridad de todo el mundo. Nada del otro jueves, salvo por el hecho de que la mayoría de propietarios de esas cámaras no son conscientes de que les están viendo.

La web, que al parecer tiene sus servidores alojados en Rusia, presenta una enorme colección de cámaras clasificadas no sólo por países, sino también por ciudades, tipos de aparato y, en ocasiones, incluso localizaciones específicas. En este gran archivo encontramos circuitos de seguridad de tiendas y grandes almacenes, cámaras de tráfico y lo que es más inquietante: cámaras domésticas que permiten observar la intimidad de algunos hogares.

Los responsables de la web advierten desde la misma home que su intención es precisamente revelar lo expuestos que muchos hogares y negocios están a que sus cámaras sean intervenidas. Y es cierto que basta con conocer los passwords que los distintos modelos traen de fábrica para acceder a ellas, ya que muchas veces los dueños no los cambian.

Es una estrategia típica de hacker: señalar las flaquezas de un sistema reventándolo, a modo de advertencia. Pero claro, cuando la comunidad de internet empezó a hacerse eco de la noticia, la mayoría de propietarios de estos miles de cámaras no se lo tomaron como un favor. Al menos los que se enteraron de la brecha, descontando las cámaras de tráfico o aquellas que forman parte de la red Earthcam, que son de acceso público. Al contrario, se sintieron de pronto vigilados por ojos extraños.

Por ello, desde la semana pasada muchas cámaras han sido inhabilitadas y no puede verse nada en ellas. Aún así, en la misma Insecam uno puede encontrar instrucciones para acceder a estas u otras cámaras con una simple búsqueda en Google.

“Keep Calm and be a hacker

Así las cosas, no es extraño que haya cundido el pánico. Desde algunas webs se han conducido auténticas campañas informativas para advertir a las posibles “víctimas” de que les estaban observando. Desde otros frentes suenan incluso las trompetas de la acción legal, aunque por lo visto poco podrá hacerse, más allá de cerrar el servidor, si es que es posible.

Y la pregunta es: ¿debería hacerse algo?, ¿Deberíamos matar al mensajero cuando en realidad lo único que nos está diciendo Insecam es que no puede irse por ahí usando 1234 como password?

A estas alturas somos bastante conscientes de que nuestras contraseñas importan y que incluso, en algunos mercados, son moneda de cambio. Sin embargo seguimos yendo por el mundo sin notar la cantidad de dispositivos que nos observan, la millonada de aparatos que sirven para detectar nuestra posición a cada paso. Y luego montamos en cólera porque alguien expone nuestras debilidades.

Más allá del susto, incluso si alguno de nosotros fuera dueño de una de esas cámaras que han quedado expuestas, ¿no será Insecam uno más de los cientos de avisos diarios de que debemos de una vez por todas dejar de ser unos ingenuos digitales? Cambiar un password no es tan difícil, pero está visto que puede ahorrarnos un montón de miradas inoportunas.

Fuente: Playgroundmag

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