El presunto ‘hacker’ de los 2.000 salarios de TV3: “Han suplantado mi identidad”

El próximo 30 de junio arranca el juicio contra Gustavo Cerdà, el técnico de posproducción que se enfrenta a una pena de prisión por obtención y revelación de secretos

 

El próximo 30 de junio arranca el juicio contra Gustavo Cerdà, el presunto ‘hacker’ de TV3 acusado de haberse infiltrado en el ordenador del director general de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), que agrupa TV3 y Catalunya Radio, y de haber hecho públicos los salarios de más de 2.000 trabajadores. “Es un caso político”, argumenta Carlos Almeida, abogado defensor de Cerdà y especializado en delitos informáticos, que considera que no existen “pruebas de ningún tipo para demostrar la autoría”. Sin embargo, la fiscalía asegura que el acusado estaba presente en el lugar de los hechos cuando estos ocurrieron.

 

Obtención y revelación de secretos. Esos son los dos cargos a los que se enfrenta Cerdà y por los que la fiscalia pide siete años de cárcel (tres años y medio por cada uno). En el escrito de acusación, el fiscal asegura que Cerdà se valió de diversos proxys (Zendproxy, Hidemyass y Anonymouse) y de Tor para acceder a las cuentas de correo de tres directivos de la CCMA: Antoni Picola (superior de Cerdà), Eugeni Sallent (director de Televisió de Catalunya) i Brauli Duart (presidente de la Corporació).

 

El acceso a esas cuentas permitió que el acusado, según la fiscalía, reenviara “uno de los correos electrónicos a ochenta cuentas de servicios y trabajadores de la CCMA”. ¿Qué se escondía en ese correo? Según el escrito de acusación, eran “tres documentos anexos que recogían datos laborales y salariales de trabajadores” de la corporación catalana. En esos archivos se encontraba una hoja de cálculo con los salarios de la plantilla así como un informe en el que se calculaban los posibles costes que implicaría la ejecución de un ERE. “Esa posibilidad se rumoreaba durante 2012”, recuerda Cerdà.

 

Por aquel entonces, este ingeniero de telecomunicaciones trabajaba en un departamento técnico de TV3 y era conocido entre sus compañeros por ser un ‘manitas’ en temas ligados con la informática y la tecnología. “Tenía fama de ‘chispas’ entre los trabajadores: ayudaba a configurar cosas, sabía bajar películas, configurar móviles… Era la víctima propiciatoria perfecta”, lamenta Almeida.

 

La fiscalía sentará a Cerdà en el banquillo ya que la investigación policial determinó que el técnico de posproducción había sido el responsable de los ataques. Lo hizo después de estudiar la actividad de Cerdà en las instalaciones de la CCMA y de determinar que el acusado había efectuado los ataques desde diversos ordenadores de TV3 así como desde sus equipos personales, situados en su domicilio. Cerdà era el único miembro presente de su departamento en uno de los momentos en los que se accedió a los ordenadores de los directivos.

 

“No han encontrado nada en su ordenador personal, no han encontrado nada en el de trabajo y todo lo que hay son especulaciones sobre las horas a las que trabajaba y las que no”, asegura Almeida. “Han suplantado mi identidad”, se defiende Cerdà.

Entre las alegaciones de la defensa se esgrime que en ninguno de los ordenadores a los que el acusado tenía acceso se encontró material informático que permitiera la obtención de contraseñas, elemento crucial para acceder a las cuentas de las tres personas que sufrieron el ataque en 2012. “No consta que en el material incautado a Cerdà, ni en los ordenadores de su departamento, se hubiera encontrado ninguna información relativa a esos ficheros”, reza un informe pericial encargado por la defensa.

 

Cerdà, que ha alternado bajas desde que se le acusó del supuesto ‘hackeo’, en 2013, y todavía arrastra secuelas, defiende que él sólo es un cabeza de turco. “No existe una IP que le vincule con los hechos. No hay ninguna prueba que demuestre la autoría. Si buscas el equivalente al ADN en un crimen pasional, no lo vas a encontrar”, insiste su letrado.

 

¿Por qué se ha llegado hasta este extremo si, según Almeida, no hay pruebas concluyentes? “Mi experiencia con los delitos informáticos es que, cuando un juez ve unos y ceros, hace la ‘técnica Clemente’: patadón y ‘p’arriba’. A poco que haya un atestado de la policía que apunte a un presunto culpable, te sientas en el banquillo hagas lo que hagas”. En instrucciones tan largas como la de TV3, que se han extendido durante casi cuatro años, Almeida opina que la vista es inevitable: “Se considera que no se puede zanjar sin un juicio público”.

 

Para apoyar sus tesis, la defensa ha encargado un informe pericial en el que trata de desmontar las tesis de la acusación. La conclusión del informe arroja más interrogantes a la instrucción del caso. “Serían necesarias pruebas adicionales” que probaran la culpabilidad de Cerdà, concluye antes de lamentar que, algunas de ellas, son ahora “de imposible o difícil” obtención.

 

Un caso político

Las motivaciones detrás de la filtración para claras, para Cerdà. “A la dirección le interesaba que la opinión pública conociera que los trabajadores de TV3 cobraban mucho, eso les ayudaría a impulsar el ERE”, afirma el acusado. Ese expediente de regulación llegó un año más tarde, en agosto de 2013, cerca de la fecha en que se hizo pública la acusación contra el técnico de posproducción.

 

Su abogado, Carlos Almeida, va más allá, y no duda en colgar el cartel de “caso político” a la operación. Brauli Duart había sido Secretario de Seguridad Pública de la ‘conselleria’ de Interior de 2000 a 2003, bajo el mando de Jordi Pujol. “Tiene que haber guardado muchas relaciones con los Mossos de aquella época. Por lo voluminoso del sumario [más de 500 páginas], es un caso al que han dado una prioridad absoluta. Es un típico asunto en el que se prima la eficacia de las fuerzas de seguridad y hay que deterner a un culpable como sea”.

 

Cerdà alberga la duda de que fuera el mismo Duart quien, por error, hubiera enviado el archivo a los trabajadores de TV3 y es optimista frente a la resolución del juicio, que se celebrará el próximo 30 de junio en la Ciutat de la Justícia de Barcelona: “Estoy confiado, pero siempre tienes ese puntito de angustia porque piden siete años. Estoy tranquilo con mi inocencia y la defenderé hasta el final”.

 

Los siete años que la fiscalía pide para Cerdà contrastan con los 2,5 que la acusación había solicitado para otro ‘hacker’ juzgado en las últimas semanas. El caso de la Hacienda catalana, en el que también estuvo invulocrado Almeida, se retiró antes de llegar a juicio. En esta ocasión, se acusó a otro ‘hacker’ de haberse colado en la plataforma que gestiona los impuestos catalanes, un hecho más grave en palabras del letrado si se compara con el de Cerdà.

 

“La acusación está hinchada y bastaba con una pena menor. Esa desproporción se debe al peso político que TV3, y su director general, tiene en Cataluña. No entiendo el ensañamiento de pedir siete años por acceder a unos datos personales de miles de trabajadores cuando se ha pedido menos por el acceso a una base de datos de millones de catalanes”.

 

Fuente: El Confidencial

http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-06-23/hacker-tv3-juicio-ccma_1221207/

Fecha: 23 de junio

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