LinkedIn: ¿revolución o inutilidad?

La red social se ha convertido en una herramienta de uso habitual entre las empresas de reclutamiento aunque a muchos usuarios (y no usuarios) les genere escepticismo su rendimiento

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LinkedIn, la red social para profesionales, acaba de celebrar su primera década de existencia este mayo de 2013. La popularidad de la compañía está fuera de toda duda, rinde económicamente de manera excepcional, pero… ¿y su utilidad?, ¿se encuentra trabajo? Pues en algunos casos sí y cada día lo hará más, según Juan Merodio, referente de las redes sociales en nuestro país («cuando esto coja fuerza…», avisa). Aunque también haya «descreídos», como el gran Carlo Padial, que ironicen, por supuesto vía Twitter, al respecto: «De vez en cuando me pregunto si no me habré equivocado dejando pasar el tren laboral de LinkedIn».

La consultora Agioglobal, especialista en Recursos Humanos, considera LinkedIn «fundamental» para su trabajo, «la herramienta por excelencia». Principalmente, lo usan para buscar candidatos y para rastrear oportunidades. «Te enteras de que se abre una empresa, para adelantarte y ofrecer tus servicios», ejemplifica Lorena Martos de la consultoría. En realidad, cuenta, su utilidad es muy variada: establecer contacto, captar clientes, posibilidades de negocio, para filtrar la oferta de trabajadores, para ofertar trabajo, para venderse, para participar en los grupos de debate, etc.

Merodio, que hace tres meses publicó el libro «Trabaja con red» (segundo más vendido tanto en ebook como en papel en La Casa del Libro, según cuenta) considera actualmente a LinkedIn como«imprescindible». «Para formación cualificada se usa para todo», explica. ¿Pero para todos los sectores? «Si buscas personal de limpieza, difícil», señala Martos, que apunta sobre todo a los perfiles jóvenes. Merodio cree que sí sirve para todos los gremios, pero apunta que existe diferencia de volumen en las ofertas de trabajo: «Un puesto de administrativo y diez de marketing.

El sector de la publicidad, por ejemplo, es uno de los ámbitos en donde las ofertas laborales por LinkedIn fluyen enormemente. «Conmigo han contactado para entrar en cinco procesos (entrevistas)», cuenta Juan A. perteneciente a este sector, que además lo considera muy útil para contactar y colaborar con empresas afines, como búsqueda de negocio. Jesús, ingeniero de Obras Públicas, no lo ha utilizado personalmente para buscar empleo, pero él, que se lo hizo porque «lo tiene todo el mundo, igual que el Facebook», le dio uso promocionando en los grupos de debate de su ramo unos cursos online que dirige. En el sector del periodismo, quizá debido al volumen que mencionaba Merodio, la búsqueda de empleo no es tan fructífera como en el de la misma publicidad.

«El truco es ir posicionándose»

«Facebook es más personal, delicado. Difícilmente aceptan una empresa. En Linkedin te vendes mejor», explica la consultora Martos, que cree también que sirve para acercar un poco más a las personas, a cadidatos y reclutadores, «que también tenemos cara y LinkedIn». Jesús cree que para que tu perfil tenga éxito «tienes que moverlo» y coincide con Merodio que «el truco es ir posicionándose».

Cuando se produce un filtrado de candidatos, al modo google, los que están más arriba son los que más llamadas y mails recibirán en tanto que están mejor situados. Esto se puede conseguir a través de la posibilidad de «jobseeker», por la que se paga 24 euros al mes, y que te hace más visible entre el resto de candidatos. «Pero al final 24 euros para alguien que busca trabajo…», dice Merodio.

El modelo de negocio de LinkedIn obtiene año a año unos beneficios que hacen de la compañía un negocio robusto y viable y que se fundamente en dos patas: las cuotas y la publicidad. Los particulares la mayoría no pagan, pero los reclutadores de empleo y las empresas sí lo hacen mensualmente para obtener una serie de prestaciones añadidas como búsquedas más detalladas, el acceso más directo a los contactos, etc. Y lo mencionado antes, a las cuotas se le suma la propia publicidad interna.

Fuente: ABC

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